Así pues, nada más entrar nos encontramos con obras de artistas como Oteiza o Chillida, y parte del proyecto (maquetas y fotografías) de las Torres blancas, un edificio madrileño de Francisco Javier Sáenz de Oiza.
La música es un elemento omnipresente en casi toda la exposición. A veces resulta extraña y tétrica y junto con las demás obras contribuye a crear un ambiente diferente. Una de las piezas musicales que podemos escuchar es "Secuencia I para percusión y cinta".
Más adelante nos topamos con unas máquinas extrañas que responden con sonidos a distintos estímulos o acciones; pertenencen al artista Lugan y entre otras están "Divertimento con disco telefónico" o "Computadora sensible al tacto".
La obra "A continuación" de Isidoro Valcárcel Medina resulta fría y extraña pero tiene un aspecto muy actual, no parece que tenga unos 30 años.
También me dio que pensar esta pieza de Leandro Katz, "Column IV". En el papel que emana de la máquina de escribir podíamos leer distintos adjetivos y sustantivos, a veces enfrentados y parecían estar en una lista infinita que aparentemente carece de sentido.
Me pareció bastante curiosa la obra "Espectador de espectadores" del Equipo crónica, un grupo de artistas que tuvieron gran importancia en el movimiento Pop art en España. La obra parece cuestionar el papel del espectador en el mundo del arte y nos hace dudar de quién es quién y quién observa a quién.
Entre las obras videográficas encontramos "H.O." de Juan Pardoso, "Column IV", "Tonard becoming a devil" de Dennis Oppenheim, "Rara" de Sylvano Bussotti. Una cosa que me llamó la atención fue el documental de Flamencología de Danny Seymour.
Una de las salas está dedicada a obras realizadas mediante el uso de los ordenadores de la época. Hay diferentes tipos de formato pero todos están realizados utilizando las computadoras. Entre los artistas de esta sala destaca Jolse Luis Alexanco y su programa informático Mount.
Me sorprendió encontrar los vestigios de una de las performances de John Cage, concretamente 62 Mesostics re Merce Cunningham. Además de reunir toda una generación de artistas españoles, estos encuentros contaron con figuras de la talla de Cage...
Por último, como cierre de la exposición nos adentrabamos en una videoinstalación en la que video, audio y escultura se mezclaban para dar como resultado una poesía visual y fonética. Me quedo con ganas de ver que pasaría si esos encuentros se celebrasen a día de hoy y ver qué artistas se congregarían.
interesante aportacion
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